El comportamiento del feto dentro del vientre materno ha sido investigado durante años. Estudios demuestran que sus movimientos son reacciones frente a ciertos estímulos.
La presencia de una hormona en la sangre de la mujer corrobora esas primeras sospechas dadas por la ausencia del periodo menstrual. Sin embargo, a partir de la confirmación en laboratorio, se estima que han transcurrido mínimo entre siete y nueve días desde la fecundación. De aquí en adelante comienza el desarrollo sorprendente de una vida en el útero materno.
Además de la formación de las distintas estructuras anatómicas, el feto exhibe una serie de habilidades que pueden ser perceptibles a través del ultrasonido: expresiones de disgusto, dolor, movimientos respiratorios, brincos, hipos y estiramientos, entre algunos otros.
PRIMER TRIMESTRE ( SEMANA 0 A 12 )
Cuatro días después de la concepción, el óvulo fecundado es una esfera con cerca de 100 células, que busca llegar a la cavidad uterina, y las vellosidades de las trompas de Falopio son las encargadas de darle este empujoncito. Cuando se adhiere a la pared del útero comienza a llamarse embrión.
En la tercera semana empieza a formarse el corazón y en la cuarta ya está bombeando sangre. El tamaño del embrión al finalizar el mes será de un centímetro de largo y pesará menos de 30 gramos.
Entre las semanas seis y diez, el embrión se mueve y se estira. A las diez, abre y cierra la boca y traga líquido amniótico.
A la semana nueve es posible observar sus primeros movimientos. “Se ve un embrión con nacimiento de brazos y pies que se mueven en conjunto, como si estuviera en una hamaca”, afirma Duque. A la siguiente semana mueve sus brazos, respira líquido amniótico y abre y cierra su boca.
David B. Chamberlain, psicólogo estadounidense experto en psicología pre y perinatal, afirma en un artículo sobre ‘los sentidos fetales’, que en una serie de experimentos científicos realizados, se demostró que la sensibilidad táctil del embrión se manifiesta en el área genital a partir de la semana 10, en las palmas de las manos desde la 11 y en las plantas de los pies, desde la 12.
“A las 12 semanas se observa un bebé completamente formado y muy activo”, afirma el ginecoobstetra y perinatólogo.
SEGUNDO TRIMESTRE ( SEMANA 13 A 28 )
A mediados del segundo trimestre aparecen los reflejos de succión y deglución. En la ecografía, es posible ver un feto que aparentemente bosteza: traga líquido para desarrollar sus pulmones y abre mucho la boca.
Algunos estudios demuestran que la acción de tragar aumenta con sabores dulces y disminuye con los amargos. En el líquido amniótico se puede encontrar ácido láctico, pirúvico, urea, creatinina, aminoácidos, sales y proteínas.
A la semana 17, las papilas gustativas cuentan con el desarrollo suficiente para esta distinción. Otras investigaciones demuestran que el feto parece tener olfato. Varios componentes químicos pueden atravesar la placenta y llegar al líquido amniótico, que este consume permanentemente. Algunos componentes de los alimentos que ingiere la madre también lo rodean en su espacio acuoso.
Según Chamberlain, en el líquido existen cerca de 120 olores, captados en análisis científicos de numerosas muestras individuales. Si la madre prende un cigarrillo, el feto responde de forma negativa y cuando bebe café, registra cambios en sus movimientos respiratorios y latido cardíaco. El ginecoobstetra y perinatólogo Marco Duque opina que el sabor del líquido no sería tolerable para un adulto. Su olor lo compara con el cloro.
- Movimientos: a la semana 15, los ruidos fuertes lo pueden alterar un poco. Algunos fetos se chupan el dedo y practican movimientos de inhalación y exhalación. A finales de esta semana, responde a la risa, tos, estornudo y otros movimientos de la madre.Ultrasonidos muestran erecciones fetales a la semana 16, especialmente cuando el bebé chupa su dedo, insinuando que es posible que experimente placer a través de la autoestimulación. Además, le da hipo y orina cada 40 a 45 minutos, aproximadamente, sustancia que constituye gran parte del líquido amniótico.A las 18 semanas se mantiene ocupado flexionando brazos y piernas, movimientos que la gestante comienza a percibir con mayor frecuencia a partir de ahora.El feto continúa imitando lo que será la respiración en el ambiente extrauterino, con su pecho moviéndose hacia arriba y hacia abajo, tomando líquido amniótico para practicar.Según Duque, algunas sustancias pueden incidir en el movimiento grueso del bebé y es posible que abra una mano o mueva un brazo como respuesta. Algunas cargas de glucosa, obtenidas de los alimentos que ingiere la gestante, que van por vía sanguínea y pasan de la madre al feto a través de la placenta, lograrían este efecto.“Comer hielo o cosas frías puede cambiar la temperatura del medio que rodea al feto”, indica el especialista. La sangre de la madre sufre una ligera variación y a partir de la semana 24, cuando el feto ha desarrollado corpúsculos en la piel y tiene sensibilidad táctil frente a este tipo de cambio, es posible que reaccione.
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